CÓMO MANEJAR EL ESTRÉS DE FIN DE AÑO


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Lo primero que debemos saber es que el estrés de fin de año es un patrón de respuesta, distinto al habitual, con compromiso neurológico, endocrino, emocional, cognitivo y conductual, que se desencadena cuando llegar a diciembre es interpretado como una situación altamente exigente o amenazante, que requiere de un esfuerzo adaptativo importante, de una respuesta eficiente y cuando la persona siente o anticipa que no logrará abordarla con sus recursos psicológicos habituales de enfrentamiento, dice sentirse “sobrepasada”.
PERO, ¿QUÉ NOS GENERA ESA FORMA DE VER LAS COSAS?
A fin de año nos enfrentamos a los cierres de periodos escolares, académicos, laborales, de extrañar a quienes no están, por lo que hay evaluaciones que rendir, balances que realizar, mientras que al mismo tiempo se organizan paseos, fiestas de fin de año, ceremonias.
Se anticipa la cercanía de la Navidad, Año Nuevo y vacaciones. Todo esto, junto a una tendencia natural a hacer en estas fechas un balance del cumplimiento de metas también en lo personal, genera una presión por rendir y aumento de ansiedad, que a veces perturba el buen desempeño, a lo que sigue una sensación de inefectividad, que incrementa aún más la ansiedad, apareciendo temor a fracasar, sufrir, defraudar, etc.
EN ESTE CONTEXTO EL CEREBRO RECIBE UN MENSAJE DE “PELIGRO” Y ECHA A ANDAR LOS MECANISMOS DE ALERTA HABITUALES Y RESPUESTA DE ESTRÉS.
¿CÓMO DEBEMOS MANEJARLO?
Al llegar a fin de año, es fundamental regular nuestras expectativas, es decir, trazarse metas realistas y proponerse submetas a corto plazo que se puedan ir cumpliendo, tomando en cuenta nuestras habilidades, recursos y posibilidades. Además, es importante priorizar las actividades y alternarlas con otras de carácter recreativo y siempre valorar cuando se alcanza un logro o se cumple uno de los propósitos de fin de año.
Hay que tener mucho cuidado con el tipo de meta que se traza, ya que el error más común y que produce mayor estrés es cuando buscamos hacer todo lo que no se hizo durante el año con altas expectativas de éxito y la exigencia de efectividad. Lo que, si termina no lográndose, se va a percibir como incapacidad o inhabilidad, lo que representa un peligro a la integridad de la persona.
ALGUNOS CONSEJOS PARA ENFRENTAR EL ESTRÉS DE FIN DE AÑO:
Te invitamos a la reflexión de tu autocuidado emocional y tomar en cuenta estos consejos de la especialista para enfrentar este fin de año con la mejor disposición y lo más alejado del estrés que puedas, festeja tus logros y celebra por el nuevo año que se avecina, recordando que a veces menos, es más.
Es importante poner en valor el real sentido de las cosas y encontrarse con el sentido de la celebración.
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